domingo

Entropía.


Desde el momento en el que el hombre transforma un material, le mete mano, lo moldea, lo une a otros materiales, o hace lo que quiera con él, incluso comérselo, ese bicho reconstruído hace lo que sea para volver a su forma original. Por ejemplo, estas plantillas. Sus componentes, que venían de vivir en el caucho, fueron cogidos para modificarlos en el laboratorio y crear materiales sintéticos. Porque eso son los materiales sintéticos, cosas orgánicas transformadas en otras cosas, similares pero supuestamente más duraderas y controlables, y en más cantidad final, supongo.

Pues la familia de cauchitos transformados en el laboratorio de la calle Pez, pasaron a mezclarse con otras cositas en una fábrica a las afueras de Madrid. Las prensaron, les aplicaron calor y les dieron formitas de pies recortables. Luego, las envolvieron y gente como yo, las compró. Gente como Dani, las usó y así quedaron, con muchas muchas alteraciones físicas y químicas, debidas a su uso y, adonde iba antes, a su tendencia a recuperar su forma original, quieren volver a su árbol, a los jugos de su árbol tropical.

Las cosas que hay que hacer para volver a casa.



3 comentarios:

lobita dijo...

(eh, estamos coor-sincronizadas!lo digo por le referencia bíblica del vídeo)
Si, tu, como profesional de la vida de sustancias entremezcladas tienes mucho que enseñarnos. Pero, ¿a que no te sabías el truco del pan en el queso, eh?

María Angélica dijo...

Lo que pasa es que compro el queso en pedazos pequeños (cuñas enanas, los llaman los del Mercadona), y me lo como demasiado pronto...un queso grande en mi vida y las preguntas en cuanto a su conservación, hubieran sido formuladas!!

lobita dijo...

ya ya ya bueno pues ya sabes cuando te compres una cuña grande le pones un trocico de pan y tan ricamente no se te moha ni na