viernes

El canario.




Después de un día estresante en el trabajo necesitaba salir de casa así que nos fuimos a tomar unos chopitos a una terraza en la plaza de Tirso de Molina. Qué guay.
En pleno relax y entre chopito y chopito una pareja se puso a fumar y a echar el humos con ansias. ¿NO era que los buenos fumadores se TRAGAN el humo?. Pensaba yo.

Dos mesas más allá, una madre y su hijo de unos 10 años, discutían. La madre hablaba aleccionadora. El niño entonces se cubrió las orejas con las manos y tipo Dustin Hoffman en Rainman, se balanceaba gritando: No te escucho, no te escucho, no te escucho.La madre dejó de hablar. Las manos que habían servido de cubreentradas ahora empujaron con fuerza la mesa y tiraron un vaso. La madre ya, con ganas de matarlo (me lo imagino claro, por lo menos esa era mi sensación). Paga, se levantan. El niño, con los brazos cruzados, boca hacia abajo, ceño fruncido.

Todo esto lo veía por detrás de la cabeza de Dani, quien no tuvo la oportunidad de ver lo que pasó después: La madre cogió tranquilamente el vaso de agua, y se lo tiró en la oreja y la cara al niño, que bueno, flipó pero no lloró. Se lo llevó luego a empujones calle Magdalena arriba.

Es importante pillar un buen sitio en cualquier lugar en el que vas a pasar un rato sentado. Conseguir un buen ángulo de visión para poder observar lo máximo posible.

Esto es parte de lo que he visto desde el mio.

domingo

Entropía.


Desde el momento en el que el hombre transforma un material, le mete mano, lo moldea, lo une a otros materiales, o hace lo que quiera con él, incluso comérselo, ese bicho reconstruído hace lo que sea para volver a su forma original. Por ejemplo, estas plantillas. Sus componentes, que venían de vivir en el caucho, fueron cogidos para modificarlos en el laboratorio y crear materiales sintéticos. Porque eso son los materiales sintéticos, cosas orgánicas transformadas en otras cosas, similares pero supuestamente más duraderas y controlables, y en más cantidad final, supongo.

Pues la familia de cauchitos transformados en el laboratorio de la calle Pez, pasaron a mezclarse con otras cositas en una fábrica a las afueras de Madrid. Las prensaron, les aplicaron calor y les dieron formitas de pies recortables. Luego, las envolvieron y gente como yo, las compró. Gente como Dani, las usó y así quedaron, con muchas muchas alteraciones físicas y químicas, debidas a su uso y, adonde iba antes, a su tendencia a recuperar su forma original, quieren volver a su árbol, a los jugos de su árbol tropical.

Las cosas que hay que hacer para volver a casa.



viernes

Lagartijas.

Cada vez que voy a Ibiza me siento en el jardín y miro a las lagartijas. El otro día me quedé sola un rato -sin moverme-, y en pocos minutos nomás empezaron a aparecer lagartijas de distinto tamaño.

He estado averiguando y parece ser que lo del distinto tamaño se debe simple y llanamente a una cuestión de edad. Tampoco existen diferencias de tamaño según su sexo. Las lagartija macho prácticamente violan a las hembras, por eso si las ves en el ínterin, pensarás que están peleando. Así:

Bueno, más o menos así



Misterio de la podredumbre.

El olor a podrido fue el que delató las dotes de investigador que Daniel llevaba por dentro. Su mamá Carmen, sentía mal olor en su cuarto. Entraba frunciendo el hociquito sin saber reconocer el origen de ese extraño aroma.
Abrió el cajón. Allí, varias colas de lagartija se entrecruzaban en una pequeña caja de cerillas.
Ante la pregunta, llegó la premisa lógica:

Si a una lagartija al cortarle la cola le crece de nuevo
De su cola debería crecer otra lagartija.

lunes

Hay golpes en la vida...yo no sé.

Me han borrado de una foto de grupo usando Photoshop. Nunca me había pasado antes.

Mi madre y mi hermana se "retocaban" mediante typex las carnes, cada vez que papá nos sacaba fotos cruzando el río, o bañándonos en la playa.

Una vez me retoqué a mí misma la nariz. Cogí un boli negro, y me acorté la puntita.
"Con la puntita un poco más corta estarías mucho más guapa" me decía mamá. Ya lo sé.
Ya-lo-sé.

Pues la foto en cuestión, es de un grupo de trabajo del que formé parte durante más de un año. No se portaron bien conmigo y tuve que tomar decisiones que a veces me bailaban angustiosamente en la panza al pensarlas. Pero las tomé, porque creía y creo que son las correctas.

Lo extraño es que nunca pensé que me borrarían así de la foto, ni que quitarían mi nombre de los créditos. Primero, porque pensé que cuando tomé la decisión que tomé, el libro ya estaba en imprenta. Segundo, porque de un modo extrañamente inocente, creo en lo correcto. Considero que si he trabajado allí, lo correcto sería incluirme, no convertirme en transparente y hacer como si nada. Para lo bueno y para lo malo, yo trabajé allí. Compartí cosas y risas. En fin.


viernes

Me mienten.

Mientras escucho a Los Planetas, esa canción cuya letra los planeteros de toda la vida temen porque dice "cuenta conmigo" pienso en Federico y busco esa foto donde, de un modo humano animal me miente.

Se dice MUY frágil, más bien MUY MUY frágil frágil y en realidad el muy pillo de tiró de la ventana y sólo se rompió un trocito de diente que le ha vuelto más poderoso si cabe. Abre sus fauces y muerde buscando la carne y su diente mellado agujerea en plano, preparando la zona para el puntiagudo que sigue. En fin.


Pues la mañana en que se tiró por la ventana hacía sol y eran como las 9 a.m. de un domingo remolón. No escuchamos ni un miau, simplemente no vino a mordernos los pies para despertarnos costumbre que, por cierto, últimamente ha reemplazado por rascar las puertas. Nos levantamos solos, extrañados y le empezamos a buscar por toooda la casa, vamos, que tardamos un par de minutos en recorrerla. Sacamos la bolsa de comida -último recurso para obligarle a salir de su escondrijo-, la agitamos tipo la publicidad de "a comer tu dochóu", pero no aparecía. Yo ya le dí por desaparecido, me rendí pronto. Pensé en que algo del sillón se había salvado de sus garras. Le imaginé saltando por la ventana y corriendo calle abajo en busca de la libertad mal entendida. Ví su culo de caracol alejándose velozmente.


Sentí que no me importaba nada y siempre en estos casos me acuerdo de una película que ví en la que el protagonista sufría de una enfermedad psicológica que consistía precisamente en eso: en que nada era importante para él. Anoté el nombre de la enfermedad en un papel suelto que ya no he vuelto a encontrar.


Pero bueno, mi Daniel afortunadamente no se rindió y le encontró entre los cubos de la basura con un hilito de sangre. Cuando les ví desde la ventana, la sangre me volvió al cuerpo (literal) y ya volví a sentir.


El caso es que ahora está Federico con nosotros, los tres somos felices y dormimos juntos en la cama o en el sillón tapado por una manta. Cada muy poco me acuerdo de ese día y le pego en el culo enfadada por el susto que nos dio.

La crisis.

Hoy entré en crisis. Ocurrió en dos fases, la primera a primera hora del día y la segunda, a eso de las 13.30. La primera es un rollo, no la cuento. La segunda también es un poco rollo pero necesito hacer catarsis. Fue así:

Tengo muchas multas, y las sufro hasta hoy, más o menos en silencio. Llegan pequeñitas primero; mínimos papeles con letra minúscula que hay que leer con gafas. Te vas acercando al coche y allí estan, agitadas por el viento o incluso, cagadas por alguna paloma extrañamente comprensiva y despojada de su disfraz ratuno. Al pasar los días, crecen y ya vienen dentro de un sobre y a tamaño A4. El importe pasa de 63 a 90 a 100 a 200 y a 301. El viernes pagué una de 301, de hecho. Pero las que más me duelen son las que ponen por no contar con la tarjeta de residente. Me explico, sí que tuve la dichosa tarjeta pero por negligencias varias, ha pasado un año y aún y hasta hoy por la mañana, no he terminado de solucionar el papeleo que me habilita a aparcar con "felicidad" por el barrio de Lavapiés no pasa.

Hoy corrí a la gestoría y luego atravesé el Retiro a toda mecha (me gusta esa expresión) para llegar a la hora al Ayuntamiento de Retiro que me iba a dar mi tarjeta anual de residente, o sea la del coche. Caminaba feliz, hoy llovía y no había nadie. Era todo gris y con ramitas anaranjadas y ocre. Un perro enorme se escapaba de su dueño que tenía fea voz. Me mostré comprensiva.

En fin, que llego al Ayuntamiento y qué pasa, que la cita parece ser que "no era para hoy". Y yo miré desesperada a la chica que me atendía, le pregunté si sabía lo que era aparcar en Madrid, si vivía en el centro. Ella, que "no podía meterse en el ordenador y darme una cita hoy que en realidad era para el viernes próximo". Yo no podía más y utilicé las supuestas palabras mágicas que un día, una loba me confió: "Quiero hablar con su encargada". La chica me llevó a una panoli -porque estoy segura de que era una panoli-, que me dio una hoja de reclamaciones y me derivó de nuevo a la primera. Llegué hasta ella y empecé a llorar. Primero suavemente, luego más fuerte y ya le pedí un pañuelo. Traté de disimular bajando la cabeza y haciendo como que escribía la hoja de reclamación, pero me dí cuenta de que no sabía qué poner. Y allí mismo, mirándola fijamente por detrás de una cortina de agua, rompí el papel en dos (adjunto documento). Ella me aconsejó enviarlo y yo, ya desencantada con todo me pregunté en voz alta que para qué, si ni siquiera iban a ser capaces de responder ni por deferencia ni por nada (eso quedó muy elegante, sí señor).



En fin, que el lunes me tengo que ir a Barajas a hacer el papeleo. Vaya ganas, encima estoy con los ojos hinchados porque mi llanto no acabó allí, sino que se extendió por toda la calle atocha y magdalena hasta llegar a casa.

Daniel por la tarde me trajo una plantita tomatera para reconciliarme un poco con lo público.

domingo

Nuestros reyes.

Este 6 de Enero los Reyes no pasaron por casa. No pusimos zapatos, ni agua, ni güisky, ni vino, galletitas, pastito y todas esas cosas que beben los Reyes y comen los exhaustos camellos. Nos acostamos sin ilusión de encontrar un regalo, literal: cero ilusión, ni una mínima duda acerca del día siguiente.

Y así fue. El 7 de Enero, nos levantamos, desayunamos: mate para mí, y café para Daniel, para Federico, su especial "Bolas de pelo". Comimos un poco del roscón del día anterior. Charlamos y listo. Yo ni siquiera eché una esquiva mirada hacia el lugar donde debían haber estado nuestros zapatitos marrones desanudados y con las suelitas llenas de barro. Por cierto, esto lo digo porque cuando hablé más tarde con mamá, lo primero que hizo fue preguntarme qué me habían traído los Reyes, y yo, claro, contesté: - "Nada". Ella recordó una poesía de Gabriela Mistral en la que habla de unos pobres zapatitos abandonados, por eso digo lo que digo.

Más tarde, decidimos abrir una botella de Möet Chandon que teníamos guardada para ocasiones especiales desde hace más de un año. Pensamos que ya era hora de descorcharla. Estaba buenísimo. Fuimos felices. Y ya no recuerdo más del día de Reyes del año 2009.

Pero la historia no acaba ahí. El jueves vino Gloria a limpiar la casa, sacó una bolsita con dos paquetitos. -"un regalito de Reyes", dijo. Yo, entre que me emocioné y me sentí mal.
-"Creo que este es el tuyo, como tiene el paquetito en rosa". Me reí y abrí el mío. Eran unas braguitas de las llamadas "hilo dental" y unos calcetines de los cortitos de deporte ligero. Me volví a reír, y luego de un rato le pregunté si se suponía que tenía que recibir a Dani con las bragas y calcetines nomás. Nos reímos juntas y ya.

Yo decidí dejar el paquetito de Daniel (en amarillo y con el pajarito Tweety) sobre su almohadón. Esa noche salimos a cenar a la Badila, que ha subido de precio, por cierto, y al volver allí estaba su regalo:



También fue una buena noche.

viernes

Descubrimiento impactante a las 8 a.m.


The Brezhnev, el grupo creado por el Kremlin para contrarrestar la influencia de los cuatro de Liverpool en la juventud soviética. No hay más que decir.

Para más datos, solicitar información a Bombita Rodríguez.

Conversaciones robadas 1.



Un señor con bastón -y con un gran sobre bajo el brazo-, hablaba por teléfono en la oficina de Correos:

"Ya camino un poco mejor, pero bueno, lo importante es que no me he muerto.Tenemos una pareja de indios guaraníes que son muy serviciales, muy obedientes, vamos, de lo que no queda. Estoy vendiendo la biblioteca, claro, dejaré todo lo que me haga falta, pero el resto.. Hay que prepararse para la vejez."

Después estuvo un rato hablando del sistema de subvenciones universitario, parece que está en franca decadencia debido a la burocratización.


Y después dicen que no quedan intelectuales. Yo os digo que este era de pura cepa.

lunes

VACA


Se tendió la vaca herida;
árboles y arroyos trepaban por sus cuernos.
Su hocico sangraba en el cielo.

Su hocico de abejas
bajo el bigote lento de la baba.
Un alarido blanco puso en pie la mañana.

Las vacas muertas y las vivas,
rubor de luz o miel de establo,
balaban con los ojos entornados.

Que se enteren las raíces
y aquel niño que afila su navaja
de que ya se pueden comer la vaca.

Arriba palidecen
luces y yugulares.
Cuatro pezuñas tiemblan en el aire.

Que se entere la luna
y esa noche de rocas amarillas:
que ya se fue la vaca de ceniza.

Que ya se fue balando
por el derribo de los cielos yertos
donde meriendan muerte los borrachos.

jueves


En el País del sábado salió este anuncio.
Creo que podría ser tentador para mis amigas casaderas que leen o miran mi blog.

El Sr. divorciado deja bien claro, pero siendo sutil, que la mujer que desea a su lado debe ser joven pero "mentalmente madura", pero JOVEN ante todo. Bueno, no, me equivoco. Lo más importante es que el señor en cuestión

1. Es un DIVORCIADO: O sea, un hombre con cargas económicas debidas a su anterior matrimonio.
2. Con suficiente dinero como para pagar un anuncio en la página de sociedad del país de un tamaño de 10x9 cms.

3. Posiblemente tenga la mitad de las cualidades con las que se define, pero la primera "empresario" es la que ha utilizado para seguir definiéndose. O sea, que es un hombre DIVORCIADO y EMPRESARIO, ante todo.

4. Es culto, porque va a la universidad o ha ido y porque habla varios idiomas.

5. Y, -lo que más me ha gustado-, se define como "no muy alto". Con lo cual, creo que es sumamente petiso.

6. Él tiene unos 15 atributos y pide una mujer con solo dos, bueno, tres por el que lleva implícito: que sea buena, joven y mentalmente madura.

7. Me mosquea mucho la dirección de mail: agaposagapontos.. ¿podría ser primo hermano de Onassis?. Ay, ojalá que alguna de mis amigas casaderas le escriba. No quiero hacerlo yo, a ver si es verdad y le hago daño, ya que es sensible y bondadoso.

A todo esto, me pregunto cómo me anunciaría a mí misma:

CASADA.
En paro pero sin cobrarlo, diplomada, chapurreando inglés,
aspecto majo,sana, sarcástica, asocial, alta para la media,
con ganas de dormir y leer
Desearía conocer hombre con dinero y mentalmente sano,
para una temporada.






viernes

daniel es malo como un demonio.





daniel es malo como un demonio.
daniel es malo como un demonio.daniel es malo como un demonio.
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vdaniel es malo como un demonio.
daniel es malo como un demonio.
daniel es malo como un demonio.
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Además.


Federico duerme con un ojo abierto, de verdad que lo juro que sí.

Alguna noche -muy pocas-, llego tarde a casa y sola. Federico me recibe en la puerta.
Se tira, se retuerce para que le salude. Le saludo, le rasco entre las orejas, le digo lo guapo que es, me trago sus pelos mientras le huelo el cuello.

Daniel ya está en la cama. Me abrazo a él y lloriqueo un poco de felicidad.

Aunque a veces, no hace falta ni que vuelva tarde ni nada, simplemente siento una absoluta felicidad.
Y mi mente no me dice nada de nada, sólo observa desde lejos, mientras disfruta ¿mentalmente?.

Últimamente he pensado en las rubias, en si realmente son especiales o qué mierda.

A una rubia recién presentada le dije que me sonaba a alguien y le pregunté que dónde podría haberla conocido. Me dijo: "en ningún sitio". Y yo: "Okey, es verdad, si es que las rubias sois todas iguales".


Pero yo mentía un poco.

Hoy he visto este video de Cristina, una de las pocas rubias que le gustan a Daniel.




martes

Lavapiés.


Hay días en los que te reconcilias un poco con Lavapiés.
Ayer subía caminando por la calle que le da nombre y ví a unos policías cacheando a unos negros.

A pesar de ello, seguí caminando extrañamente feliz. Dos niños con pulmones como agujas se perseguían calle arriba. Un chico joven los arengaba. Éramos varios los que sonreíamos.

Llegué arriba aún extrañamente feliz.

Supongo que lo de la devolución de Hacienda habrá ayudado.

sábado

Transformación animal: el placer.






Vuelvo a Chinchón.

Después de montar a caballo
no viendo el río,
volvimos a la finca a dejarlos en paz.

Eran varios, y los peones los lavaban a manguerazos.

Los alfiles observábamos sentados mientras tomábamos una cerveza.
Llegó el rey. Nos preguntó si queríamos lavar al nuestro.

Daniel dijo que sí. Yo hice de fotógrafa.

Empezó por el cuerpo como habían hecho los otros.
Hasta que llegó a la cabeza y el caballo flipó.

Creo que no se lo habían hecho antes.
Reíamos los tres de placer, hasta que llegó el rey,
yo creo que un poco irritado,
para decirnos que ese momento se había acabado.

Y así fue, nos tomamos otra cerveza y nos fuimos al hotel en su coche.

Hablamos de ajos, se conoce que el hombre los cultiva
y era famoso por ello.

Cuando me enfado, a veces

.. en alguna mañana de lunes, afilaría mis pezuñitas como el venadín este.

viernes

Marinero a tus zapatos.


Montse, del centro de depilación de Tres Peces, me estuvo contando sobre sus vecinos chinos
a los que observa diariamente desde su gran ventanal del salón.

Dice que hablan gritando y que el otro día, colgaban hasta seis patos del techo del salón.
Que abrió el ventanal y les gritó: "Chinitaaa, baja la voz".

Yo le dije que hubiera sido mejor que susurrara para quejarse, a modo de respuesta educativa, digo.
Después directamente la dejé hablar.

No pude separar mis ojos de los suyos. Se ha puesto labios y de verdad que NO puedo mirar más allá de sus ojos.

sábado

Mi papá tenía un peral y Pablo se ha enamorado.



Mi abuela tiene un peral
Que cría las peras finas
Y en la ramita más alta
Había una tortolita

Por el ala echaba sangre
Y por el pico decía:

A los hombres garrotazos
A las mujeres rosquillas
Y a los niños de tres años
Bollos de confitería

martes

mi parte de maruja


Pues eso. El otro día volvía del trabajo y me encontré en la escalera con las vecinas Paloma y Carmen y charlamos sobre la vecindad y cosas así.

Dos días después encontramos un alijo de hachís escondidito sobre la puerta y en vez de repartirlo entre todos, llamamos a la poli que llegó montando un circo y se volvió a ir dejándonos con lo encontrado. Al final se lo llevó la secreta como se llevó tambien al que yo llamo Tony "el Gordo", el vendedor de drogas de la calle Calvario.

Todo pasó muy rápido, lo último que recuerdo es mi dedo señalándolo desde la ventana y pensando "este se ha puesto más gordo aún".

Ahora pienso en hacerme del grupo de "Lavapiés no pasa".
Según Gimena, depués de mi experiencia, como mínimo me ponen en la cúpula.

viernes

Gaviota sombría.



Y eso que ayer paseaba extrañamente feliz
mientras subía la calle de Lavapiés con
una botella para mi amor en la mano.

martes

Vuelven los heroinómanos a la calle olivar





y yo sigo tirando de dibujos del pasado.

viernes

martes

teléfono roto

Parece triste pero simplemente vive una crisis creativa.

jueves

taza llena

Oculta tras la puerta
escucho a Paloma barrer
pasar la fregona
cantar.

Federico se echa detrás de la puerta
yo miro por la mirilla.
Menos mal que el lunes
empiezo a trabajar.

miércoles

el mundo laboral


Me tomaría un café si tomara café.

En vez de eso, he ido a una entrevista de trabajo en la que me sentí como si estuviera a punto de entrar de catedrática en Harvard. Tantas preguntas que si no me disfrazo, no podría responder.

Y encima, pagan 6 euros la hora. Tendrán morro cerduno.

Pero sonreí y dije lo interesada que estaba en el trabajo.
Me preguntaron por mis expectativas para el futuro.

No se las dije. Nunca se las digo a nadie.

martes

Relaciones laborales


En las relaciones laborales no debería estar implicado el afecto. Si hay afecto, habrá disconformidad, casi seguro. Hay que mantenerse frío y, cada tanto, sonreir ampliamente, demostrando un afecto que en el fondo de tu corazón no debería existir.

Desgraciadamente para mí, una relación laboral implica afecto y se convierte, al final, en una especie de relación amorosa.

Me han dicho que " es por mí", como cuando me dijo algún que otro hombre que "no te merezco. Mereces más que lo que yo te pueda dar".

Yo observo y no digo nada.

miércoles

Ser autónomo hoy, a 2 de julio.


Así volvía del trabajo, así, hoy luego de la reunión en el trabajo. Derrotada, con mi enterito azul y el As bajo el brazo. Snif, snif.
En realidad, me siento con tanto presente que creo que soy poco derrotable-salvo-por-algunos-momentos.

En realidad, el dibujo es de un libro que aún no terminé.

lunes

Copito de Nieve.



Copito de Nieve (¿será Nieve el apellido y por lo tanto se escribirá con mayúscula?), tuvo 21 hijos.
Yo espero tener al menos uno, en realidad quiero tener solo uno aunque todo el mundo dice que mejor tener, como mínimo 2. Cada vez que me dicen eso, pienso en mi gato Federico porque cuando Daniel lo trajo a casa, la gente decía..bueno, en realidad solo Pablo, que mejor tener dos que uno, así no se aburría.
En fin.
En el caso de Copito, de los 21 sobrevivieron 5, así que ahora que lo pienso, tendré dos por las dudas.

Llegan millones de cartas al Zoo donde vivió Don Copito pidiendo que lo clonen, pero en realidad deben de ser 4 locos los que escriben, nomás.

Creo que esta semana toca jugarle al 21, al 1, al 2, al 5 y al 4. ¡Suerte!

sábado

cloaca en madrid


Paseando por Madrid dejé de mirar hacia arriba y empecé a mirar los bajos.

Empezando


Hola. ¿Hola?